“Agresión a gente de prensa”, “Compañeros golpeados por la policía cuando intentaban hacer su trabajo” “Los policías cargan sin dejar que grabemos sus agresiones”.
Algunas de estas frases y otras peores (en algunos casos constitutivas de delito) se podían leer no hace mucho en redes sociales cuando HABÍAN CONCLUIDO las manifestaciones de las que trataban de informar algunos “periodistas ciudadanos”.
Estoy en contra rotundamente de esa corriente llamada “periodismo ciudadano”, del mismo modo que lo estaría de la cirugía ciudadana, la justicia ciudadana, etc...
No soy más que un jubilado que quiere contar alguna historia, compartir noticias, libros y demás cosas que han llamado mi atención en lo que a noticias de sucesos, interior y tribunales se refiere.
Por el momento no tengo el fondo y disciplina necesarios para hacerlo bien, pero iré aprendiendo.
¡Al grano!
Los señores del “periodismo ciudadano” deberían elegir otro modo de calificar lo que hacen. Porque desde mi humilde punto de vista, el periodismo es una profesión bastante alejada de:
Acudir como activo participante a una manifestación y al término de la misma mezclarse y en algunos casos ser uno más de los alborotadores, porque ese no es un buen modo de informar de la realidad. Máxime cuando a sus vídeos y demás materiales los nominarán: “Agresión policial en la manifestación X” o “Brutalidad policial con los manifestantes, compañeros y/o amiguetes”.
Cuando la manifestación HA CONCLUIDO, no hay manifestantes en la calle. Y por ese mismo motivo, lo que hacen y de lo que informan estos señores de la “prensa ciudadana” NO ES UNA MANIFESTACIÓN.
Es una algarada callejera, un botellón fuera de control y, en algunos casos, maniobras orquestadas, impulsadas y ejecutadas por conocidos grupos radicales. En la mayoría de ocasiones una mezcla de todo lo anterior.
Por lo tanto, y este es el sentido de mi entrada en el blog: no intenten reclamar coberturas, derechos y demás garantías, de los que en algunos casos ni los propios periodistas (los otros que no son ciudadanos, pero estudiaron periodismo) tienen mientras desarrollan de su trabajo.
No esperen que los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía tengan la deferencia de dejarse filmar o fotografiar en plena intervención por gritar eso de: “¡Soy prensa!” Porque eso no funciona así.
La misión de esos señores policías, en ese momento, no es detener su actuación y hacer que los blogs, webs y canales de Youtube ciudadanos luzcan mejor. Su misión consiste en devolver el orden a la calle por la que otros ciudadanos, que no se arrogan más condición que la de ciudadano, puedan transitar en paz.
Por lo tanto, si es usted un alborotador con una cámara de vídeo o de fotos, le pido que sea comprensivo con el trabajo de los policías y justo con el oficio de los periodistas.
Haga de su capa un sayo dentro de los margenes legales, pero si los rebasa no diga que estaba desempeñando su labor como freelance para su blog, web o demás y no le han dejado trabajar.
Cuente la verdad y eso le acercará al periodismo.
“Tratamos de quemar varios contenedores, mientras yo lo grababa y de pronto...”
Un afectuoso saludo a los ciudadanos y periodistas.
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